Plantas nativas de Colombia
La flora colombiana es tan variada que se calcula que de las 300.000 especies de plantas que hay en el mundo, más de 40.000 se encuentran en Colombia, es decir, algo más del 13%, es por eso que hablamos sobre las plantas nativas de Colombia.
Además, Colombia cuenta con 1.500 especies de plantas endémicas, es el primer país del mundo en tener la mayor variedad de orquídeas y el tercero en tener la mayor variedad de palmeras.
Gracias a toda esta biodiversidad, Colombia es uno de los 20 países más megadiversos del mundo. La diversidad de los ecosistemas de Colombia, que incluyen selvas, costas, páramos, cordilleras, bosques y desiertos, le permite albergar tantas especies diferentes de flora.
De hecho, es un elemento muy importante en la economía colombiana, ya que el sector floral colombiano exporta más de 246.000 toneladas de flores al año.
[toc]A continuación las plantas nativas más representativas de Colombia:
1. Orquídeas
Es la Flor Nacional de Colombia. Gracias a su presencia y al notable tamaño de sus flores, esta hermosa planta fue incluida en los símbolos nacionales en 1936 y, aunque no hay constancia de un decreto o ley al respecto, fue adoptada culturalmente para acompañar a elementos representativos del país como la bandera, el himno y el escudo.
Las orquídeas son la mayor familia del reino vegetal, con unas 35.000 especies en unos 800 géneros en todo el mundo. Clasificada en tres tipos, epífita, semiterrestre y terrestre, Colombia cuenta con unas 4270 especies agrupadas en 274 géneros, de las cuales 1572 son exclusivas del país.
Colombia es conocida por tener las orquídeas más bellas del mundo. Aquí, las orquídeas crecen de forma silvestre, desde la orilla del mar hasta la alta montaña, en altitudes que van de los 1800 a los 2500 metros sobre el nivel del mar.
Estas plantas son la clave de la biodiversidad de nuestro país y están presentes en casi todos los ecosistemas del planeta, excepto en las regiones con temperaturas muy bajas que producen nieve y en las de temperaturas muy altas que forman zonas desérticas.
Algunas de las orquídeas de Colombia son:
- De la familia Stelis: stelis scutella, stelis sellaformis, stelis semperflorens, stelis silverstonei, stelis spathosa, stelis spathulata, stelis stapedia, stelis stenophylla, stelis sulcata, stelis tarantula, entre otras.
- De la familia Stanhopea: stanhopea × herrenhusana, stanhopea × quadricornis, stanhopea acostae, stanhopea annulata, stanhopea avícula, stanhopea candida, stanhopea connata, stanhopea florida, stanhopea gibbosa, entre otras.
- De la familia Specklinia: specklinia acrisepala, specklinia alata, specklinia areldii, specklinia aristata, specklinia bicornis, specklinia brighamii, specklinia cactantha, specklinia calderae, entre otras especies.
2. Palma de cera
La palma de cera (Ceroxylon quindiuense) no sólo es la planta más alta de Colombia, sino también la «palma» más alta del mundo, que alcanza hasta 60 metros de altura. Crece en las tres cordilleras que atraviesan el país, pero es abundante en la cordillera central, en los departamentos de Quindío y Tolima, entre los 1.800 y los 3.100 metros sobre el nivel del mar.
Los frutos son consumidos por aves como el loro orejiamarillo (Ognorrhynchus icterotis), cuya situación de peligro de extinción se ha asociado al declive de la palmera. En la antigüedad, la cera de los tallos se utilizaba para hacer velas. Y hasta hace unos años, los cogollos se utilizaban mucho en las celebraciones del Domingo de Ramos.
En 1985 fue designado árbol nacional de Colombia y actualmente está clasificado como especie «en peligro de extinción». Muchas palmeras se encuentran en pastos donde no se regeneran de forma natural, por lo que desaparecen cuando los adultos mueren sin dejar descendencia.
3. Planta insectivora
La planta insectívora (Drosera sessilifolia), erróneamente llamada carnívora, crece en sabanas arenosas pobres en nutrientes. Sus hojas están cubiertas de pelos pegajosos a los que se adhieren pequeños insectos que se alimentan al descomponerse.
Esta especie crece en todo el Neotrópico (Sudamérica, Centroamérica, parte de México, sur de la Florida y el Caribe) pero en Colombia sólo se encuentra en las sabanas de la Orinoquia. Es una de las plantas terrestres más pequeñas conocidas en el país, alcanzando en su estado adulto 2 centímetros de diámetro. Hay unas 200 especies del género Drosera, muchas de las cuales se cultivan como ornamentales, y en Colombia sólo conocemos cinco.
4. Estramonio o hierba del diablo
El estramonio o hierba del diablo (Datura stramonium) es una de las plantas tóxicas cosmopolitas más conocidas. Los casos de intoxicación son frecuentes en Europa y Canadá debido al consumo de sus pequeñas semillas. Curiosamente, esta especie es pariente de los borrachos, de los que se extrae la escopolamina. Crece en zonas cálidas o de clima mediterráneo como en Villa de Leiva (Boyacá), donde crece espontáneamente en los bordes de los caminos.
Entre las sustancias que determinan su toxicidad están la atropina, la hiosciamina y la escopolamina, que pueden provocar alucinaciones, reacciones anticolinérgicas e incluso la muerte. Se supone que cualquier parte de la planta es tóxica. En el libro «Las enseñanzas de Don Juan», de Carlos Castañeda, se le llama la temida «hierba del diablo», y se recomienda no manipularla bajo ningún concepto.
5. La milpesos
El milpeso (Oenocarpus bataua) es una especie de palmera ampliamente distribuida en todas las zonas de selva baja de la Amazonia, los Llanos Orientales, el Magdalena Medio y el Pacífico. El fruto se utiliza en la preparación de una bebida y en la extracción de un aceite comparable al de oliva. La pulpa del fruto contiene un 40% más de proteínas que la de la soja.
Las hojas jóvenes se utilizan para tejer cestas y una especie de mochila resistente a la carga del arbusto. Las fibras rígidas de las vainas se utilizan para fabricar dardos para cerbatanas y en las ciudades se emplean para hacer artesanías como manteles individuales y lámparas estilizadas.
Los cogollos se consumen como palmitos y las hojas jóvenes se utilizan en la elaboración de ranchos y como ramo de bendición durante la Semana Santa en el departamento del Cauca. Los tallos enteros o rotos se utilizan como pilas para pilares, en la elaboración de trampillas y postes de casas; en los recortes crecen larvas de escarabajos ricas en grasa que son consumidas por los nativos.
6. Catleya de la amazonia (Cattleya violacea)
Es una orquídea hermana de la flor insignia de Colombia, pero de color púrpura y proviene de las zonas bajas de la Orinoquia y la Amazonía. Es una planta epífita que desarrolla un bulbo alargado y en su ápice dos largas hojas en cuyo centro se despliegan una o más inflorescencias, cada una con dos a seis grandes y conspicuas flores.
Los frutos son cápsulas que contienen miles de diminutas semillas filamentosas dispersadas por el viento. Crece en la selva, a lo largo de los ríos, sobre los árboles, siempre en busca de luz y calor solar. Es buscada por los coleccionistas y, en algunas zonas, ha disminuido mucho debido a su extracción.
7. El chaparro
El chaparro sería digno de ser plantado en Marte una vez que los humanos hayan colonizado ese planeta. Es un arbusto que resiste el fuego, el corte de su tallo, la sequía extrema y los suelos arenosos pobres de los que crece, florece y fructifica copiosamente hasta convertirse en una de las plantas más abundantes en las sabanas de la Orinoquia colombiana.
Sus hojas son tan ásperas que pueden compararse con el papel de lija número 80. En algunos libros se utilizan para pulir la madera y como esponja metálica para frotar y dar brillo a las ollas manchadas. En la Orinoquia, alrededor de los chaparros se forman lo que se llama matorrales, que van aumentando de tamaño hasta formar fragmentos de bosque en medio de la sabana. También se utiliza en el tratamiento de enfermedades gastrointestinales, renales y de la hepatitis. Rudo pero muy útil.
8. La caoba
Los árboles más grandes del planeta son especies de pinos que sólo se encuentran en los bosques templados y pueden alcanzar alturas de hasta 115 metros y diámetros de tronco de hasta 10 metros.
En las zonas tropicales, los árboles no son tan altos, por lo que la caoba es uno de los árboles más fuertes conocidos hasta la fecha. Este árbol de la familia de los cedros crece desde América Central hasta Bolivia, en bosques húmedos y secos.
Aquí puede ver fotos de árboles de caoba con un diámetro de tronco de 3,5 metros y una altura de 50 metros. Estos gigantes de los trópicos ya casi no existen porque han sido fuertemente talados por su fina madera, considerada la más preciosa de la zona tropical americana. En Colombia, la especie está casi extinguida en la naturaleza y está clasificada en la categoría «Estado crítico de conservación».
Foto: tomada de Plantas Útiles de Colombia de Enrique Pérez Arbeláez, edición de 1947. La foto es del botánico R. Romero Castañena, procede de la selva del Chocó y fue tomada probablemente a principios de los años 40.
9. El ébano (Caesalpinia ebano)
El ébano, en sentido estricto, es una especie de Asia y el norte de África (Diospyros ebenum), una madera negra muy fina que se busca para la fabricación de instrumentos musicales. En Colombia crece la Caesalpinia ebano, que no está emparentada con la especie asiática pero que también produce una madera de características similares.
La dureza de la madera viene determinada por su densidad, siendo la más fina la de la teca, con una densidad de 0,64 gramos por centímetro cúbico, y la del ébano asiático, con 0,97 gramos por centímetro cúbico. El ébano colombiano tiene una densidad de 1,15 gramos por centímetro cúbico, lo que lo convierte en una de las maderas más duras y finas conocidas hasta ahora.
Cortar el ébano con un machete equivale a golpear una piedra; algunos dicen que ni siquiera las balas penetran en los troncos de estos árboles. El ébano de Colombia es endémico de la costa del Caribe y está clasificado como «en peligro de extinción».
10. El yagé o ayahuasca (Banisteriopsis caapi)
Es la planta más venerada por las culturas indígenas de la Amazonia occidental. Hay unas cinco especies de lianas de la familia Malpighiaceae conocidas como yagé, pero la más utilizada es la Banisteriopsis caapi, que crece dentro de la selva asociada al Amazonas.
Sus tallos y su corteza producen una bebida extremadamente amarga que, mezclada con otras plantas, se utiliza para curar enfermedades del cuerpo y del alma y como puerta al conocimiento. Hoy en día, el consumo de yagé se ha popularizado en ciudades y regiones más allá del Amazonas, fuera de su contexto cultural, con resultados a veces negativos o desastrosos. Los taitas son maestros en el uso del yagé, por lo que es recomendable ingerirlo sólo bajo su guía.